Durante los
siglos XVIII y XIX la mujer tuvo muchísimas dificultades para ejercer las artes
plásticas a diferencia de los hombres. Las mujeres artistas de la primera mitad
del siglo XIX eran hijas de pintores o mujeres que tenían en su núcleo familiar
la profesión, por lo que podían ejercerla mediante escritos o documentos que
las emancipaban como pintoras. En ese ámbito, Rosa Bonheur, se convirtió en la
pintora francesa más célebre del siglo XIX y, actualmente, es considerada una
maestra en el género animalière.
Retrato anónimo de Rosa Bonheur
Tres hechos marcaron su vida, era mujer, lesbiana y pintaba animales. No quiso establecer un modelo tradicional de familia y eligió vivir con Nathalie Micas, quien se convirtió en su colaboradora y la persona con la que compartiría su vida durante cuarenta años, y en su ocaso, con Anna Elizabeth Klumpke. Ambas fundamentales para ella.
Retrato de Rosa Bonheur con Nathalie Micas.
Su padre le había enseñado a dibujar desde que aprendió a sostener un lápiz, y su madre fue un referente fundamental para ella inspirándole el amor por los animales. Nació en Burdeos (Francia) un 18 de marzo de 1822, lugar esencial en su posterior expresión pictórica y escultórica, se trata de una zona agrícola y de viñedos, un mundo rural que se verá reflejado a lo largo de toda su obra. Dado su escaso interés por el estudio, a la muerte de su madre entró a formar parte del taller de pintura del padre copiando los objetos que tenía al alcance de sus ojos. El primer cuadro que pintó en un lienzo fue un puñado de cerezas, bien dibujado y excelentemente pintado del natural. Ya en esta época comienza a pintar animales, por los que siente un amor apasionado. Los moldeaba en escultura, en arcilla o cera, para después plasmarlos en el lienzo.
Rosa Bonheur vestida con pantalones
Sus obras, que remitió anualmente al Salón anual de Pintura de la Academia de Bellas Artes de París desde el año 1841, cobran especial relevancia por la viveza de su pintura y la maestría con que sabía mostrar los animales vivos, auténticos retratos donde plasma con extraordinario realismo su anatomía. Su increíble minuciosidad al representar todo tipo de bestias la convirtieron en una figura importantísima dentro de la escuela realista y naturalista mediante la observación directa de la naturaleza. Los animales fueron el tema principal de su pintura, los situó en el centro de su creación artística: perros, zorros, leones, ciervos, ganado. Al igual que las personas, los paisajes se convirtieron en sus acompañantes, plasmando cielos increíbles. Pintó formatos pequeños para obras de carácter más intimista y, por el contrario, obras monumentales que suponían una ruptura en los formatos estipulados para las mujeres. Rosa mostró la cotidianeidad ensalzándola, realzó el mundo rural y el trabajo de las personas en él. Los detalles denotan que se ocupa de cada parte del cuadro, logrando crear la atmósfera con la paleta de colores fría y con una técnica impecable en la construcción de los planos.
Arando en el Nivernais
El
Salón de 1845 le otorgó una medalla de tercera clase, la de bronce, por El
arado. En 1847, con tan solo veintiséis años, Rosa Bonheur fue premiada con
la medalla de 1ª clase, consolidándose como una artista con una carrera
prometedora. Dos años después pintó su gran éxito Arando en el Nivernais.
Su realismo, un elogio al trabajo rural, fue alabado por la crítica. Era el
comienzo de los años cincuenta y en sus visitas a establos, mataderos o granjas,
la vestimenta de mujer se convirtió en un gran estorbo para ella, por lo que
comenzó a usar pantalones, prenda que estaba prohibida para las mujeres. Para
ello solicitó un certificado denominado “permiso de travestismos” que se
expedía por razones médicas, renovable cada seis meses y que Rosa consiguió.
Ataviada como un hombre, continuó una obra que le granjeó gran fama internacional,
y La feria de caballos (1852) será
considerada la obra maestra de la artista que le llevó a la cima del éxito, de
las que honran a la pintura francesa.
A partir de los desastres ocasionados por la guerra franco-prusiana, la artista se interesó por la representación de los grandes felinos. De este periodo, El Cid, hoy en el Museo del Prado, muestra la tranquila belleza de un león del Atlas en reposo. Se considera que podría ser su propio autorretrato no solo físico sino emocional. Al lado del cuadro se encuentra Leonas y Leones, un conjunto de quince estudios que capta las posturas habituales de estos felinos, su anatomía, su individualidad y su carácter. El viejo monarca, en la Colección Vanderbilt, muestra un león mayor de la misma raza que plasma el paso de la vida de manera magistral. En el Museo de Bellas Artes de Bilbao se pueden contemplar los dibujos Familia de leones y Leona sentada de la autora.
En
1889 muere Nathalie, lo que sume a Rosa en un profundo duelo. Diez años más
tarde, acompañada por Anna Elizabeth Klumpke, envía al Salón su obra Una
vaca y un toro en Auvernia, Raza de Cantal. El elogio fue unánime. Una
congestión de pulmones repentina terminó con su vida ese mismo año.
Kumple
fue la encargada de escribir su biografía, Rosa Bonheur, su obra y su vida,
bajo las directrices de la pintora. También realizó un inventario de toda su
obra. De esta manera consigue que su memoria no se olvide ya que, tras su
muerte, la bordelesa cayó en cierto descrédito y olvido posterior. Será a
finales del siglo XX cuando parece verse restablecido su nombre y su
reputación.
Para
aquellos que quieran indagar algo más sobre esta extraordinaria pintora que
plasmó de manera magistral a los animales en sus obras pueden visitar también el
Château By, en Thomery, donde la autora francesa vivió los últimos años
de su vida, convertido ahora en Casa Museo.
Pequeña
Biografía artística María Tello
Historiadora del Arte y escritora, es
colaboradora en el periódico Nueva Alcarria con su sección mensual El
camino de la esperanza y en el suplemento Pueblo a Pueblo, así como en
la columna El caballo de Nietzsche de eldiario.es. Sus dos
novelas El Diario de Etna (2021), y Cómo
sobrevivir a Gato Blanco (2024),
forman parte de su proyecto de vida de defensa de los derechos de los animales
a través del arte y la literatura.
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