Lo que huye. Lo que sale al encuentro. El vuelo que deja trazo y las huellas que siempre quedan de los pasos que trata de atraparlo. Una tristeza que pespunta los versos. Una voluntad de deseo (pese al oxímoron o pleonasmo). Una ternura hacia lo roto. Un remonte. Algo de todo esto encontramos en el primer poemario de Eva Palacios Costero, Cuántos pájaros huidos (Eolas), con un fantástico prólogo del también poeta Alberto Cubero.

                                                                                     Por Esther Peñas

 

¿De qué huye, si es que lo hace, el poeta?

Supongo que, igual que todos los seres humanos, de aquello que le hiere y de lo que teme. Sin embargo, el poeta lo hace en «círculos concéntricos al frío», como dice uno de mis poemas. Sobrevuela y se pregunta, una y otra vez, por las cicatrices o los miedos (propios y ajenos).

 

¿Cuándo conviene huir?

Al percibir maldad y odio es mejor alejarse. Pero, en términos generales, debemos afrontar más, abrazar más y huir menos.  

 

Cuando «ha llegado la hora de las bestias», ¿se requiere la ternura, el coraje, la ferocidad...?

Para aplacar a las fieras nada como la música, la poesía o la palabra escrita. Creo que es preferible la ternura, la tranquilidad y el autoconocimiento para hacer frente a momentos en que atacan las bestias.

 

El «perímetro de la incertidumbre», ¿roe el corazón u horada el juicio?

Tratar de acotar lo incierto es imposible, crea mucha angustia y anula nuestra capacidad de ver más allá. Con los años he aprendido a vivir rodeada de incertidumbre (personal, profesional y social), así que conviene acostumbrarse y confiar en nuestra capacidad de resiliencia.

 

«Como si la posibilidad fuera tu sostén». ¿Uno se sostiene a sí mismo o es otro quien nos sostiene?

Sin los otros no podríamos. No obstante, en ocasiones uno debe descubrir por sí mismo cómo quiere sostenerse, cuáles van a ser sus puntos de apoyo.

 

El «hacia dónde», ¿es cuestión de instinto, de indicios, de azar?

Un poco de todo. No creo en el destino, ni que haya unos senderos previamente marcados con nuestros nombres. Nos conducimos siguiendo los indicios que creemos ver, ayudados por nuestros instintos (aunque a veces fallen). Pero también hay un componente azaroso, pienso yo.

 

¿Cómo distinguir el miedo que nos preserva del que nos aniquila?

Cuando estás inmerso resulta muy complicado diferenciar uno u otro. Es más sencillo darse cuenta a posteriori. Considero que lo dañino es el miedo paralizante, ese que impide la acción o la palabra. No se puede sostener en el tiempo porque nos destruye. Y es muy distinto a ese otro miedo (bueno en pequeñas dosis) útil para estar en alerta y proteger(nos).

 

¿Cómo se reconoce un «beso fallido»?

Para mí es el que no llegamos a dar. Ese el único beso que puede ser fallido, porque el resto son todos certeros. Ya sean una demostración de deseo, de afecto o de amor.

 

«Y todos tan sedientos». ¿Hacia dónde nos encamina la sed?

Tal vez lleva a buscar manantiales, nuevas lecturas, a seguir creando... Como dice la gran poeta Ada Salas: «Dame seca la sed para invocarte».

 

¿Qué se aprende de los límites?

Algunos son necesarios para la convivencia, está claro. Sin embargo, hay otros límites autoimpuestos que es mejor derribar. Quizás de esa manera descubramos cómo podemos ser un poco más felices.

 

¿Cuáles son los acontecimientos que nos transforman?

Depende de cada individuo, sospecho. En mi caso, perder a mi madre bastante joven; los nacimientos de mis hijas; o «reconciliarme» con la escritura, seguramente hayan sido algunos de los más transformadores.

 

¿Qué tiene de locura, de insensatez el poema?

Casi todo. Pretendemos atrapar con palabras algo fugaz, inaprensible. En eso está claro que hay locura e inocencia.


Eva Palacios Costero es licenciada en Ciencias de la Información, comenzó su carrera trabajando como redactora en prensa escrita y televisión, para posteriormente desempeñar funciones de responsable de comunicación en varias compañías. En Comunicalia coordina el desarrollo e implementación de planes de comunicación offline y online de diversas organizaciones. Imparte además formación y ha sido consultora de comunicación con su propio espacio en el programa de TVE2  «Espacio Empresa». Cuántos pájaros huidos es su primer libro.