CONFESIÓN
No se lo perdonaré. En el lecho de
muerte me confesó:
–
Sí, sí. Sí que nos dimos un tiempo.
Respondió
el ángel:
– Sin al menos algún parásito no habría cuerpo
y, sin él, tendrías el dolor frío del abrazo imposible.
CONFESIÓN
No se lo perdonaré. En el lecho de
muerte me confesó:
–
Sí, sí. Sí que nos dimos un tiempo.
Respondió
el ángel:
– Sin al menos algún parásito no habría cuerpo
y, sin él, tendrías el dolor frío del abrazo imposible.
0 Comentarios
Comentarios con educación y libertad