¿Por qué seguimos sin reaccionar cuando los científicos nos dicen que
el calentamiento global causará cotas monstruosas de devastación y muerte? ¿Por
qué no nos sentimos culpables de nada? ¿Por qué no nos gusta que nos critiquen
y ponemos excusas cuando hacemos algo mal? ¿Por qué evitamos contar qué nos
pasa a la pareja, a un amigo? ¿Por qué mantenemos una relación sexual para no
tener que hablar? ¿Por qué pensamos que el amor no dura? ¿Por qué nos sentimos
libres cuando podemos elegir dónde vamos el fin de semana? ¿Por qué no nos
interesa lo que le ocurre al de al lado? ¿Por qué simplemente lo hacemos, antes
de paramos a pensar? ¿Por qué decimos si nos interpelan: “es que yo soy así”? ¿Por
qué esa tasa insoportable de suicidios en España y Europa?
Lola López Mondéjar, pensadora, psicoanalista en
ejercicio, escritora de ficción, dramaturga, trata de responder a esas
preguntas y a otras con este ensayo de un pensamiento riguroso y una coherencia
admirables, de una escritura que se desenvuelve con facilidad, elocuente,
asistida por referencias y citas indispensables, con el testimonio de pacientes
que acuden a su consulta en busca de alivio y representan otros tantos síntomas
de una sociedad que llamamos posmoderna. López Mondéjar entra al fondo de
muchos comportamientos que, de tan habituales, empezamos a adquirirlos y
aceptarlos con naturalidad y trata de comprender si hay una razón de fondo que
los explique. Su estudio revela que asistimos a una “mutación” de nuestro modo
de ser que no responde a una evolución libre de las personas, sino a la presión
de un sistema económico-social-político neoliberal que viene imponiéndose en
las últimas décadas. “Los requerimientos del sistema de producción que nos
quiere deslocalizados, rápidos, ligeros y sin compromiso alguno” (p. 131); no
sujetos que asuman su propio proyecto sino ejemplares “iguales, consumidores,
deslocalizados y moldeables” (p. 43). Surge ante nuestros ojos un tipo de
persona narcisista, individualista, competitiva, que ha asumido los valores del
sistema -el “normópata”-, que desea por encima de todo el dinero, el bienestar,
el consumo, el goce rápido sin vínculos que aten, sin reparos morales que
valgan -el invertebrado-, que no se
hace preguntas, que se siente libre y poderoso. Se trata del individuo adaptado
a lo que se quiere de él; mientras el que no logra amoldarse, queda orillado,
fracasa, se vuelve presa fácil de la angustia, la intemperie, la depresión.
Sin embargo, ese modelo, cuyos rasgos podemos
reconocer en la personalidad del psicópata, necesita a toda costa crear un modo
de defensa que le permita vivir como si no pasara nada (el mecanismo
psicológico de la disociación), como si a
él no pudiera pasarle nada. López Mondéjar lo denomina fantasía de invulnerabilidad. El individuo tiene que impedir que
pueda afectarle todo aquello que limite su libertad, que le haga reconocerse
frágil e interdependiente, que lo detenga, que lo vuelva sensible a las
demandas de otros. De ahí: sexo sin afecto, relaciones basadas en el cálculo de
interés, “el uso del otro como proveedor circunstancial de satisfacción” (p.
286), el cierre sobre sí mismo, la huida de la intimidad.
Este ensayo pormenorizado, esclarecedor, aborda
además fenómenos como las complejidades de la identidad sexual, las
disfunciones en las relaciones amorosas, las formas a veces sutiles del
sometimiento femenino, la encubridora justificación de la gordura o las manías.
Una obra que es ya una referencia para conocernos y conocer al hombre y a la
mujer que vienen, que ya han llegado hasta aquí.
Reseña de LÓPEZ MONDÉJAR, L., Vulnerables e invertebrados. Mutaciones antropológicas del sujeto contemporáneo. Barcelona, Anagrama, 2022. [Publicada en la revista digital Zenda. 2-mayo-2022].
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