Con una cerrada ovación recibió el numeroso público asistente en el capitalino Paseo de la Granjera al Batallón Avícola nº 1 que abrió el desfile anual de los sexadores de pollos presidido por su Majestad el Rey en su condición de Comandante en Jefe de las Fuerzas Sexadoras de Pollos. Este año el desfile conmemorativo del patrón de los sexadores de pollos, el santo y mártir cristiano Gayo Columba, ha rendido homenaje a los sexadores destinados en misiones internacionales. Así, el momento más aplaudido por autoridades y público fue el paso de las enseñas de los sexadores de pollos extranjeras que, dedo con dedo, están llevando a cabo su misión allende las fronteras. Sus Majestades los Reyes, don Pío I y doña Urraca, la familia real al completo y el Presidente del Gobierno, Perico Avezuela, permanecieron en pie durante el paso de todas las banderas de sexadores de pollos.


     Por lo demás el desfile obedeció el esquema habitual. El monarca, acompañado de toda la familia real, presidió el acto en el que participaron más de 3.600 sexadores de pollos, más de 200 vehículos transportadores de plumíferos diversos, sexados y sin sexar, y 80 aeronaves volátiles. El tono de color lo aportó la mascota de los sexadores, el pavo Flamenquito, que como siempre arrancó fervorosos aplausos. Constituyó una novedad la presentación de la recién creada Unidad de Coloreadores de Pollos cuyos miembros, tocados de llamativas boinas de diferentes tonalidades y haciendo gala de sus aerosoles, fueron recibidos con la natural y lógica algarabía por la numerosa chiquillería que se congregó en el popular paseo. También causaron gran expectación tres sexadores paracaidistas que, con sus guantes de sexar, cayeron justo delante de una familia real entusiasmada, dispuesta a recibir el operativo digital de estos operarios que aterrizaron ante la tribuna de autoridades.


     Esta muestra de sexeo fue de lo más comentado en la recepción oficial posterior que tuvo lugar al finalizar la parada, en el Palacio Real, que lamentablemente, el monarca hubo de abandonar debido a ciertas ligeras molestias corporales.