Mi hija de nueve meses utiliza el periódico. Hacia
él se abalanza en cuanto lo ve a su alcance, lo agarra con fuerza con ambas
manos y muestra una clara determinación por examinar sus bordes. Lo hace girar
como un molinillo por el eje de sus dedos. Pasa algunas páginas en un sentido,
después en el contrario; sus ojos, en cierto modo, miran el texto y las
imágenes mientras hace eso. Le gusta en ocasiones arrugar las hojas y tira de
ellas, así rompe algunos trozos que habitualmente deja caer a un lado para
ocuparse del resto. No muestra predilección por sección alguna, les dispensa un
trato semejante; trato algo maquinal, es cierto. Sin embargo, no se cansa de él
hasta pasado un buen rato, ni siquiera aunque nosotros le impidamos que se lo
lleve a la boca (por su consabida toxicidad), lo que acepta sin resistencia.
Luego se ocupa de otras cosas, otros juguetes que parecen interesarle más. El
montón de papel de noticias destrozadas, babeadas, desordenadas que nos deja
sigue siendo el periódico.
(1 diciembre 2009)
2 Comentarios
Muy bien por tu hija, usa el periódico como es debido: a veces para comérselo y otras veces, para expulsarlo, pero siempre para babearlo.
ResponderEliminarMuchas gracias, viky frias... en eso estamos.
EliminarComentarios con educación y libertad